Estamos perdiendo el 40% de los alimentos que producimos. ¿Cómo podemos detener el desperdicio de alimentos?

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40% de los alimentos que se cultivan nunca se comen

¿Cómo alimentaremos a una población en constante crecimiento? Algunos dicen que debemos cultivar más alimentos. Pero otra parte de la respuesta es que debemos reducir la cantidad de comida que se pierde o desperdicia en el trayecto de las granjas a la mesa. Actualmente, 40% de los alimentos cultivados nunca se comen: mil millones de toneladas más de lo que se había estimado anteriormente, según Driven to Waste, un nuevo informe de WWF y su socio Tesco, con sede en el Reino Unido. El informe estima que cerca de 2,500 millones de toneladas de alimentos se desperdician anualmente, lo que también genera el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero que atrapan el calor causadas por las personas. Ya sabemos que mucho del desperdicio ocurre en nuestra propia cocina y en los negocios de alimentos como restaurantes o supermercados, pero esto es solo una parte de la historia. Rara vez se analiza una de las etapas del flujo del desperdicio de alimentos: todo aquello que nunca logra salir de las granjas y que equivale a 1,200 millones de toneladas de alimentos.

Tomando en cuenta tanto la cantidad de personas en todo el mundo que padecen hambre (se calcula que una de cada cuatro, desde la pandemia del COVID-19) como la urgencia de la crisis climática, ya no podemos permitir este tipo de desperdicio. Este desperdicio también representa un desperdicio de tierra, agua, energía y trabajo humano necesarios para cultivar nuestros alimentos.

Utilizar menos recursos naturales para producir alimentos es bueno para el clima, pero también para la vida silvestre, la naturaleza y las personas. Significa menos presión para convertir o dañar los bosques, praderas y regiones costeras con el fin de producir más alimentos. Esto puede ayudar a devolverle más tierra a la naturaleza y prevenir futuras pandemias impulsadas por la expansión de la agricultura hacia los entornos inalterados.

Si analizamos los factores que contribuyen a esta pérdida en las granjas, el informe también anula la idea de que la pérdida de alimentos en las granjas es solo un problema en los países menos desarrollados donde hay más retos con el almacenamiento, la refrigeración y la infraestructura. Por el contrario, el informe revela que las pérdidas en la etapa agrícola a menudo son aún mayores en países de ingresos altos y medianos como los de América del Norte, Europa y las regiones industrializadas de Asia.

Las causas del desperdicio de alimentos son complejas en cualquier región. En Estados Unidos, WWF ha estado analizando los factores que detonan las pérdidas en las granjas durante varios años a través de la iniciativa No Food Left Behind, trabajando directamente con agricultores, investigadores, empresas y otros socios de conservación para aprender más sobre las causas fundamentales, las soluciones piloto y técnicas estandarizadas de desarrollo para ayudar a medir las pérdidas agrícolas. Como lo muestra este informe, la medición es fundamental para ayudar a encontrar caminos hacia la reducción del desperdicio.

Los problemas globales requieren soluciones globales, lo que significa que también necesitamos:

  • Que los gobiernos den prioridad a políticas y medidas que ayuden a medir y reducir el desperdicio y la pérdida de alimentos en mayor medida, incluyendo la pérdida en las granjas.
  • Compromisos vinculantes a nivel nacional para reducir los desperdicios que también están integrados en la planificación climática.
  • Estructuras de mercado y contratos más justos para los agricultores, que les ayuden a manejar la incertidumbre de su comercio.
  • Mayor financiamiento de bancos y otras instituciones financieras destinado a desarrollar y ampliar soluciones.

Por supuesto, como individuos, todos podemos intentar comprar, cocinar y comer de manera más inteligente, asegurándonos de preparar solo lo que necesitamos, de modo que no estemos tirando comida que se encuentre en buen estado para su consumo.

Si quieres decirle al Congreso que la reducción del desperdicio de alimentos es importante, pídele que apruebe la Ley de Cero Desperdicio de Alimentos.

Actualmente, 40% de los alimentos cultivados nunca se comen: mil millones de toneladas más de lo que se había estimado anteriormente. Las causas del desperdicio de alimentos son complejas en cualquier región, pero afortunadamente existen soluciones.